El crédito agrícola era un factor
importante para el desarrollo del cultivo del café. Sin embargo, pocos
caficultores podían obtenerlo y, consecuentemente, dedicarse a su cultivo. La
negativa de los bancos se basaba en las limitaciones económicas durante los
primeros cinco años del cultivo, durante los cuales no se recoge cosecha
alguna. La elite cafetalera se consolidó paulatinamente y el Estado adoptó
políticas para proteger a sus miembros. Estas acciones propiciaron la estabilidad
e incrementaron las utilidades. Por esta razón, sus intereses se plasmaron en
las leyes y gobernaron el país hasta 1931, cuando empezaron a compartir el
poder con los militares. A partir del cultivo del café y de sus beneficios en la
economía nacional, el Estado dictó leyes que sentaron las bases de la economía
agraria, al mismo tiempo fortalecieron al ejército para guardar el orden
público y hacer cumplir las leyes.
Los jueces, los alcaldes y los comisionados
cantonales jugaron un papel importante en el control de quienes trabajaban en
las fincas, pues estos eran nombrados por los terratenientes locales y por los
municipios. En 1912, se creó la Guardia Nacional para contrarrestar los
conflictos entre los campesinos y los terratenientes. La polarización de
intereses se tradujo en un alto potencial de rebelión del campesinado y la
incapacidad del ejército para evitar disturbios. La gran influencia ejercida
por la clase cafetalera salvadoreña en el Estado limitaba el protagonismo político
de los sectores subordinados.
Durante el Periodo Colonial, la economía
del país continuó dependiendo del cultivo del añil. A mediados del siglo XIX,
se importaron los tintes sintéticos, por lo que el futuro de este producto era incierto.
A partir de entonces, se empezó a promover el cultivo del café. Esta actividad
agrícola requirió de más extensión de terreno, por lo que propició cambios en
la tenencia de la tierra. Como consecuencia, se despojó de sus tierras a las comunidades
indígenas. Con estos cambios la cantidad de manode obra disponible aumentó. La importancia
del cultivo del café aumentó de acuerdo con las exportaciones del grano. Para
1900, estas habían alcanzado el 83%.
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