El nivel de organización más alto en el que podemos agrupar a los
seres vivos es el ecosistema. Un ecosistema consta de poblaciones de seres vivos que viven en un medio junto
con las interacciones que ocurren entre ellos. Por tanto, el ecosistema es la
suma del biotopo (espacio físico) y la biocenosis (seres vivos), y las relaciones que hay
entre ellos.
En el biotopo no debemos considerar únicamente el lugar donde viven los
organismos de un ecosistema, sino que debemos tener en cuenta también los
factores ambientales, que son las condiciones fisicoquímicas que caracterizan
al medio. Los más relevantes son la temperatura, las precipitaciones, la luz,
la salinidad o el pH.
La biocenosis está integrada por poblaciones de distintas especies. Cada población ocupa un hábitat distinto y un nicho ecológico.
El hábitat es el lugar físico donde vive la población mientras que el
Nicho ecológico hace referencia
al papel que cumple una especie en el ecosistema.
A la interactuación que ocurre entre los organismos que habitan en
un mismo ecosistema la podemos dividir entre relaciones intraespecíficas e interespecíficas. Las primeras son las que ocurren entre individuos de la misma
especie, mientras que las interespecificas se dan entre organismos de especies diferentes.
Las relaciones intraespecificas más importantes son las familiares, gregarias, jerárquicas y coloniales. Todas estas relaciones permiten la colaboración entre los
individuos y aportan algo positivo a la población como la obtención de alimento
o la mejora de la reproducción. También pueden existir relaciones dentro de la
misma especie en las que uno de los individuos sale perjudicado.
Este es el caso de la competencia intraespecifica, que ocurre habitualmente como resultado de la
lucha entre dos machos para demostrar su superioridad y ser quien controla los
recursos tanto territoriales como de hembras.
Las relaciones interespecificas más habituales son mutualismo, simbiosis, depredación,
parasitismo, comensalismo y competencia. Tanto en mutualismo como en simbiosis todos los individuos obtienen un beneficio, con la única
diferencia de que la segunda es más concreta y especifica que la primera.
En la depredación y el
parasitismo uno de los individuos sale beneficiado y otro sale perjudicado. Se
diferencian en que, en la depredación, el organismo perjudicado muere para
que el beneficiado se alimente, mientras que, en el parasitismo, el parasito
intenta no matar al hospedador para poder aprovecharse el máximo tiempo posible
de él. El comensalismo es una relación en la que una especie sale beneficiada, mientras que
no hay efecto sobre la otra especie. Por último, en la competencia interespecífica, las dos especies salen perjudicadas,
ya que luchan por los mismos recursos.
Por otro lado, también podemos hablar de relaciones tróficas dentro de un ecosistema. Este tipo de
relaciones se establecen dentro de un ecosistema para que haya una transferencia
de energía y materia de un nivel a otro. Esto ocurre a través de la alimentación.
Los distintos niveles tróficos que existen son productores, consumidores primarios, consumidores secundarios y descomponedores.
Los productores constituyen el primer nivel trófico. Son los encargados de
introducir la energía y materia en el ecosistema, ya que son capaces de
transformar materia inorgánica en materia orgánica gracias a la energía solar
mediante la fotosíntesis. Los productores, por tanto, son siempre organismos
autótrofos.
Los consumidores son organismos heterótrofos que obtienen energía alimentándose de otros organismos vivos. Los consumidores primarios son aquellos que se alimentan de los productores,
es decir, son herbívoros. Los consumidores secundarios se alimentan de
los consumidores primarios, por lo que son carnívoros.
Los descomponedores actúan sobre todos los niveles y se encargan de transformar la
materia orgánica muerta en inorgánica, para que pueda volver a ser utilizada
por los productores. Suelen ser bacterias y hongos.
Al paso de energía de un organismo a otro lo podemos representar
mediante una cadena trófica. Sin embargo, lo habitual en un ecosistema es que
haya varios productores distintos; y que un consumidor se alimente de distintos
organismos en distintos niveles. De esta forma se crea una red trófica.
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