Todos los elementos químicos están
ordenados por orden creciente de número atómico Z, y en forma tal que refleja
la estructura atómica, en una tabla denominada tabla periódica. Los elementos están distribuidos en siete
hileras horizontales, llamadas períodos, y en 18 columnas
verticales, llamadas grupos. El primer período, que contiene dos
elementos, el hidrógeno y el helio, y los dos períodos siguientes, cada uno con
ocho elementos, se llaman períodos
cortos.
Los períodos restantes, llamados períodos
largos,
contienen 18 elementos en el caso de los períodos 4 y 5, ó 32 elementos en el
del período 6. El período largo 7 incluye el grupo de los actínidos, que ha
sido completado sintetizando núcleos radiactivos más allá del elemento 92, el
uranio.
El número del período indica la
cantidad de capas que posee el átomo del elemento considerado.
Así, por ejemplo, el átomo de hidrógeno H que pertenece al período 1, tiene una
única capa, el átomo de carbono C tiene 2 capas y el de cromo Cr tiene 4. Las
propiedades físicas y químicas de los elementos tienden a repetirse de forma
sistemática conforme aumenta el número atómico Z. Todos los elementos de un
grupo presentan una gran semejanza y, por lo general, difieren de los elementos
de los demás grupos. El radio atómico aumenta de izquierda a derecha y de
arriba hacia abajo, en la tabla periódica, conforme aumenta el número atómico.
La electronegatividad de un elemento
es una propiedad que resulta de la estructura de sus átomos. Permite explicar
la naturaleza de las uniones químicas y se define como la capacidad del átomo
para atraer electrones. En general, la electronegatividad aumenta de izquierda
a derecha y disminuye de arriba hacia abajo. Por lo tanto los elementos
situados a la derecha de la tabla, a excepción de los gases nobles (grupo 18),
son electronegativos y los situados a la izquierda son electropositivos, pues
tienden a ceder electrones. A la izquierda se encuentran los metales y a la derecha los no
metales.
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