Los organismos fotoautotrofos obtienen mediante la fotosíntesis la
materia que será utilizada en procesos posteriores. Aunque los vegetales no son
los únicos seres fotosintéticos en el ecosistema del planeta, la importancia
cuantitativa de la fotosíntesis vegetal es enorme. Su objetivo consiste en obtener moléculas
orgánicas (glúcidos) a partir de moléculas inorgánicas (CO2 y H2O). Para
realizar la fotosíntesis se necesita:
• Moléculas transportadoras de electrones que están relacionadas con
los pigmentos y pueden ser proteínas o bien compuestos lipídicos. Estas moléculas
captan los electrones desprendidos y los transportan hasta el aceptor final, una
sustancia denominada NADP+ (nicotinamina
adenina dinucleótido
fosfato).
• Un espacio cerrado para que los
electrones activados pasen de una molécula a otra sin dispersarse. El
cloroplasto es este espacio cerrado; contiene la clorofila, las moléculas transportadoras
y las aceptaras; así la eficacia en la transferencia de electrones es máxima.
En conclusión, en las células vegetales se dan las circunstancias que permiten la
fotosíntesis, cuya fórmula global es la siguiente:
En el desarrollo de la fotosíntesis distinguimos dos fases:
Fase dependiente de la luz
• Es
imprescindible la presencia de luz.
• Se produce en la membrana de los pinacoides.
Fase independiente de la
luz
• No requiere la presencia de luz.
• Tiene lugar en el estroma del cloroplasto. A esta fase también la llamamos
Fijación
del carbono. En ella, el
CO2 atmosférico se incorpora, mediante un conjunto de reacciones biocinéticas,
a pequeños compuestos de carbono para formar glucosa.
Los glúcidos obtenidos de la fijación del carbono se utilizan,
además, en la síntesis de otras biomoléculas: aminoácidos, lípidos y nucleótidos.
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