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2017/02/07

Relación del sentido del gusto con el olfato

  Scope       2017/02/07
Relación del sentido delgusto con el olfato

Para poder comprender mejor la relación del sentido del gusto y el olfato; primero tenemos que conocer cuál es su función y como estos están conectados al cerebro.

Los órganos de los sentidos son la vía de entrada de toda la información que proviene del exterior y que le permite al cerebro desarrollar su inteligencia, sus emociones y sus sentimientos.

Los órganos de los sentidos de la vista, el gusto, el olfato y el oído, están conectados directamente al cerebro mediante los nervios craneales, el del tacto pasan antes por la médula espinal.
Los sentidos transmiten todo lo que perciben y el cerebro lo ordena para convertirlo en un conocimiento, lo almacena, lo clasifica y lo utiliza cuando es necesario.

Todos los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, son igualmente importantes, pero por sus funciones especiales, unos son más necesarios que otros.
Sin el sentido del tacto una persona no podría sobrevivir, al evitar que la piel mande al cerebro noticias sobre temperaturas, formas y consistencias de objetos, piquetes y mordidas de animales y otras sensaciones importantes, el cerebro no podría mandar instrucciones para que se activen las defensas y se reparen los tejidos dañados.

Si se pierde la vista o el oído se puede llegar a desarrollar más otros sentidos(un ciego tiene mas desarrollado el sentido del oído que una persona normal). Si se pierden los sentidos del olfato o gusto, las personas pueden fijarse mejor al consumir alimentos y aspirar sustancias.

Sentido del olfato 
El gusto consiste en registrar el sabor e identificar determinadas sustancias solubles en la saliva por medio de algunas de sus cualidades químicas. Aunque constituye el más débil de los sentidos, está unido al olfato, que completa su función.
Esto porque el olor de los alimentos que ingerimos asciende por la bifurcación aerodigestiva hacia la mucosa olfativa, y así se da el extraño fenómeno, que consiste en que probamos los alimentos primero por la nariz. Una demostración de esto, es lo que nos pasa cuando tenemos la nariz tapada a causa de un catarro: al comer encontramos todo insípido, sin sabor.

Este sentido, además, es un poderoso auxiliar de la digestión, ya que sabemos que las sensaciones agradables del gusto estimulan la secreción de la saliva y los jugos gástricos.

Sentido del gusto
El sentido del olfato es el encargado de captar los olores de lo que nos rodea, convertirlos en impulsos nerviosos y transmitirlos al cerebro para que los interprete.

Los cuerpos que producen olor desprenden una serie de partículas que entran por la nariz se pegan en la mucosa del interior y se transforman mediante una reacción química en impulsos eléctricos que a través del nervio olfativo llega al cerebro.

Relación entre el sentido del gusto y el olfato

Los sentidos del olfato y el gusto constituyen un sentido químico común o sentido trigeminal (podría considerarse nuestro sentido químico), que implicaría la activación de múltiples terminaciones nerviosas a diferentes niveles especialmente las localizadas en las mucosas nasales, orofaringe, etc. Ambos son sistemas quimiosensibles, llamados así porque son los estímulos químicos los que activan a sus receptores (Ropper AH et al; 2007).

El olfato y el gusto están estrechamente relacionados. Las papilas gustativas de la mucosa orofaríngea son las encargadas del sentido del gusto y el nervio olfatorio identifica los olores. Ambas sensaciones son transmitidas al cerebro para reconocer los sabores.
Mientras que algunos sabores pueden identificarse sin que intervenga el olfato (el sabor salado, el amargo, el dulce o el agrio), otros más complejos (surgidos de las combinaciones de los primarios) requieren ambos sentidos, olfato y gusto, para identificarlos.

Dada la estrecha relación de estos dos sentidos, su disfunción puede repercutir enormemente en la calidad de vida de los pacientes o bien ser el inicio de una enfermedad sistémica o neurológica grave. La mayor parte de las patologías referidas a lo largo de este capítulo pueden llevar a una afectación conjunta de ambos sentidos (Finelli PF et al; 2008).

De hecho, la repercusión más importante para las personas con trastornos del olfato es la interferencia en el sentido del gusto. Entre el gusto y el olfato existe una acción sinérgica que nos permite identificar el sabor. Cualquier alteración en el gusto o en la olfacción tendrá como consecuencia una alteración en la percepción de los sabores. La incapacidad para apreciar los distintos sabores de las comidas y bebidas es tan importante, o más, que la propia alteración de la olfacción.
Aunque los trastornos del olfato y del gusto rara vez constituyen una amenaza para la vida de la persona, pueden afectar enormemente la calidad de vida de los pacientes (disfrutar de la comida, la bebida, los aromas, etc). También pueden interferir en la capacidad de percibir sustancias químicas y gases potencialmente nocivos, lo que podría tener consecuencias graves.

Los sentidos del fusto y el olfato están conectas ya que uno no quiere comer algo que no huele agradable.

El sentido del gusto es el más débil de los cinco sentidos lo que lo hace más fuerte es el estar conectado con el sentido del olfato

El sentido del gusto percibe los sabores y el sentido del olfato los olores y los olores a veces nos hacen elegir la comida dependiendo de que tal huelen

El gusto y el olfato son dos sentidos diferentes pero conectados que se vuelven en relación un solo sentido aun más potente



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