Atendiendo a su etimología, la filosofía (del griego philo: amor; y sophia: sabiduría) es el ‘amor
a la sabiduría´. El filósofo, pues, es el ‘amante de la sabiduría’.
Esta definición se refiere, en primer lugar, a una actitud. Todos los humanos pueden ser filósofos, porque desean
saber, conocer, pero no todos llegan a serlo, porque no todos
se dedican a buscar
la verdad de las cosas, más allá de lo
aparente.
Por otra parte, la sabiduría consiste en
encontrar la verdad, pero ¿existe esta o es igual para todos?
Como no es posible dar una sola respuesta a estas
cuestiones, la filosofía, además de ser una actitud, es también un
modo de vida.
Es filósofo quien se consagra a la
búsqueda de la verdad, indistintamente de que la halle.
Debido a la amplitud de conceptos como sabiduría y verdad, inseparables de la filosofía, establecer un
concepto universal sobre esta es imposible. No obstante, a
lo largo de la historia, los mismos filósofos, basados
en su propio quehacer, se han encargado de elaborar sus
definiciones, la mayoría de las cuales comparten elementos.
Algunas de ellas son:
Definición de Aristóteles «La filosofía es la ciencia de las
primeras causas y los primeros
principios». Definición de Séneca «La filosofía es la ley del bien y del
honesto vivir, y el que ha dicho que es la regla de la vida, le ha
restituido su verdadero nombre». Definición de Jacques Maritain «La filosofía es el conocimiento
científico que, mediante la luz natural de la razón, considera las
primeras causas o las razones más elevadas de las cosas». Definición de Hegel «La filosofía es la
ciencia de lo absoluto».
Todos los seres humanos queremos saber y tenemos
la capacidad de hacerlo. Pero dependiendo de los instrumentos, el método y las capacidades que, llegaremos a distintos tipos de conocimiento.
La más básica de las formas de pensamiento es el
ordinario, cotidiano o espontáneo, que se basa en la experiencia que aportan los sentidos, a partir
de cuyas imágenes nos formamos conceptos e ideas y hasta podemos extraer conclusiones lógicas.
Pero cuando a ese pensamiento aplicamos las
capacidades de la razón, la reflexión, pasamos al plano filosófico y científico.
Entonces no nos conformamos con percibir las
cosas y distinguirlas, sino que queremos conocer sus causas, comprender como funcionan, entonces
hacemos ciencia.
Más allá de esta comprensión existe la necesidad
radical de comprender la realidad como conjunto, como totalidad, es cuando se desarrolla el
pensamiento filosófico, que requiere del pensamiento cotidiano y del científico.
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