Pero a partir del siglo VII a. C.,
algunos sabios, los más célebres de ellos Tales, Anaximandro y
Anaxímenes, empezaron a abandonar las respuestas
mitológicas en las cuales se basaba la religión.
En cambio, empezaron a buscar
explicaciones en el discurso racional (logos, en griego), y a
prescindir de la mitología. Este paso del mito al
logos se puede ubicar geográficamente en Jonia, Asia Menor,
entre otras razones porque, en ese lugar, había las
siguientes condiciones:
• Libertad religiosa: Como el
politeísmo griego no era dogmático, había libertad de
pensamiento.
• Ambiente
cosmopolita: Jonia era una
especie de encrucijada cultural en la que se
encontraban las más diversas ideas antiguas, tanto de
Oriente como de Occidente. Fue un lugar caracterizado
por la apertura mental.
• Confección de los
primeros mapas: Los cartógrafos se dieron cuenta de que los sitios
descritos en las epopeyas no siempre se correspondían
con la realidad.
• Elaboración de
leyes: Los reyes veían
cada vez más insuficientes los mitos para regular la
vida pública y privada.
• Ocio: El hecho de que
las sociedades antiguas, en especial la griega, fuesen esclavistas,
permitió a ciertas clases adineradas dedicarse al
estudio y a la elaboración de
ideas.
¿Qué origina la filosofía?
Si por una parte la filosofía como proceso cultural
comenzó en la antigua Grecia, por otra
la filosofía, como necesidad intelectual, tiene su
origen en tres factores clasificados por Karl
Jaspers (1883 – 1969):
Asombro: Tanto para Platón como para Aristóteles no hay filosofar sin
asombro. El primero pone en boca de Sócrates que «la admiración es lo propio del filósofo
y la filosofía comienza con la admiración» (Teeteto, 155), mientras el segundo
escribió que «la admiración impulsó a los
primeros pensadores a especulaciones filosóficas » (Metafísica, A, 2). Admiración se ha de entender en este caso como una actitud de asombro y extrañeza ante la existencia.
Duda: Del asombro
necesariamente surge la duda, ya que queremos conocer, y conocer bien. De modo que el asombro no lleva sino a despertar un deseo por conocer, pero no un conocer
superficial sino radical, basado en el
cuestionamiento dirigido a encontrar todas las
respuestas posibles y más profundas. Si
un filósofo puede enseñar a dudar es René
Descartes (1596 – 1650), quien planteó
la duda como método filosófico: si se puede
dudar, se puede pensar y si se pude pensar es porque se existe. Quien no
duda, no se ve impulsado a buscar las respuestas necesarias, sea para confirmar sus
creencias o para descubrir la falsedad de las mismas.
La más radical de todas las preguntas
filosóficas es ¿por qué?, en especial cuando se
refiere al sentido
de la vida. Situaciones límite: Son aquellas situaciones permanentes en la vida que no varían y que definen nuestra existencia. La angustia ante la muerte, el sufrimiento, la enfermedad, la lucha por la libertad, la injusticia, el odio, son todas situaciones ineludibles que generan reflexión filosófica y que, además, repercuten en los actos humanos. De modo que, contrario a la opinión común, la filosofía es una reflexión sobre la vida y para la vida, una teorización sobre los principios de cuanto anhelamos conocer y que, para nada,
es ajeno a nuestra existencia concreta y cotidiana.
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